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MAPA CARMESÍ


"El buzón está vacío" (Frase de Fantasmín)


(Dedicado a...)


El buzón está vacío y le mira con su sonrisa perpetua desde la pared, porque sabe que ha ganado una vez más la batalla, al menos por hoy.




Ante la desazón que le invade, hace lo único que puede: entregarse a la tristeza. A ese vacío que acompaña a los silencios no deseados, a la soledad desmedida que se empeña en arroparla por la noche y que se convierte en su sombra durante el día.





Cada mañana, después del trabajo, vuelve esperanzada a su cita con la desagradecida caja e invariablemente se enfrenta a su interior desnudo. Entonces se entrega de nuevo a la pena y a los porqués sin respuesta que caen sobre su consciencia, como pequeñas losas mortuorias de algún cementerio europeo. Se recrea en su desdicha y rememora los momentos felices que compartió con él.


El calendario avanza, pero para ella da igual que el sol luzca con fuerza. En su corazón todos los días son grises como rosas marchitas. A menudo olvida desde cuándo está así porque el tiempo se detuvo esa fatídica mañana de setiembre en que se despidieron. Sólo hubo un beso, con sabor a incertidubre y a miedo, pero con un ligero frescor de esperanza puesto que era una ida con retorno. Una marcha obligada por trabajo. Incluso hablaron de vivir juntos la experiencia; pero finalmente cada uno mantuvo su vida. Optaron por lo cómodo que no siempre es la decisión más fácil.


Al principio había postales y cartas que salían en cascada del buzón abierto. Todas de él. Junto a recibos del banco y propaganda que apartaba siempre en un rincón hasta terminar de leer lo que contaban aquellos regalos de papel. Le complacía leerlas en riguroso orden, según la fecha en que se escribieron, y en seguir sobre el mapamundi los puntos de escala con chinchetas blancas, con chinchetas verdes los lugares donde permanecía más tiempo o que más le habían gustado y de rojo aquellos que apenas mencionaba de pasada. En cuestión de meses el mapamundi estaba plagado de chinchetas, anotaciones y de fotos; pero también las fotografías sucumbieron al silencio... como el resto. Poco a poco las cartas se redujeron en número y en extensión, incluso las palabras de ternura y cariño se diluyeron como la sal en el mar... Después sólo llegaban escuetas postales de todos los rincones del mundo (postales de monumetos, de puentes, de paisajes...). Después... ni eso...


Luego... su único nexo con él fue ese infame buzón vacío contra el que descargaba toda su frustración, como si fuera el culpable de la ausencia de las tan ansiadas noticias. Sin darse cuenta entró en una espiral de rabia incontrolable que afectó a su trabajo: sus ventas habían bajado notablemente, adujeron. Ésa fue la señal que necesitaba. Ese mismo día hizo la maleta y marchó tras los pasos dejados en el mapamundi, ya medio roto. Al abandonar su querida casa de Barcelona y entregar las llaves a su vecina y amiga, lo que sintió no fue pena sino liberación.


Hoy Ruth está en Praga. Lo sé porque cada día me llama ilusionada por si he encontrado carta o postal en su buzón (ese contenedor de metal y plástico que aguijoneó su alma hasta hacerla añicos).


A veces me siento frente al papel e inicio una carta que nunca termino y que siempre acaba en la papelera. Imitando la letra de Carlos. Pero mi conciencia es más fuerte y me doy cuenta que no puedo hacerlo... que no debo hacerlo.

Comentarios

  1. No me lo esperaba!! Me has dejado con la boca abierta! :O

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  2. Acabo de regresar de una tierra en donde escribir cartas casi que forma parte ya enraizada de la vida allí.El buzón casi que es más un lugar al que echar las cartas que recibirlas.Tu relato,la sensibilidad que pones en la protagonista,el modo en que trata cada carta,cada postal,el ritual sobre el mapa,llegan a convertir ese contenedor infame en una caja mágica.
    El final de tu relato nos muestra la fuerza de algo aparentemente tan debil como una carta.Como puede cambiar la vida de una persona.
    Un abrazo!

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  3. Gracias a ambos por visitar este blog y dar vuestra opinión. Los halagos se agradecen, pero si encontrais en cualquiera de los que leais un fallo o algo que no os encaje u os desagrade, comunicádmelo, por favor. Os leo.

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  4. Que cosa más triste...
    Aunque en el fondo me alegro de que se enfrentara por fin a sus miedos y decidiera hacer lo que llevaba deseando hacer tanto tiempo.
    Te criticaría la historia, pero no quiero, está perfecta :)
    Un besito Sechat

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  5. Hola Sechat, soy Adriana (bueno María José) mi blog es este, pero tengo problemas con el acceso al foro del cuentacuentos y no sé como solucionarlo.
    Un relato maravilloso en el que veo reflejado parte de mi historia, la incertidumbre del vacío, la ansiedad de la espera, pero Ruth salío a buscar sus sueños y mi personaje simplemente perdió los nervios antes de tiempo. Un abrazo.

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