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DIÓGENES

"Otra vez ese extraño olor golpeaba su nariz" (Frase de Sechat para el Cuentacuentos)
Otra vez ese extraño olor golpeaba su nariz superando las barreras del resto de sus sentidos. Cuando se agachaba el hedor se hacía más y más denso. Pestilente. Parecía impensable que un olor persiguiera su olfato de forma tan insistente, pero por más que lo intentaba esquivar o acorralar en algún cuartucho, su cerebro se empeñaba en sacarlo a flote y lo reproducía a cada momento y bajo cualquier circunstancia. Ella estaba, pues, sometida a tal capricho y sin poder zafarse de la extraña voluntad de que parecía dotado ese olor fétido, en todas las estancias por las que se desplazaba.

Comenzaba a sentirse paranoica. Miraba recelosa a su alrededor temiendo ser descubierta en un mal paso y que alguien le declarara culpable y fuente directa de esa fuente olorosa que invadía su olfato y que poco a poco se apoderaba de su razón. De pronto descubrió lo que la incomodaba: era la pulcritud en suelo, techo y paredes. No había restos de sus pequeños recuerdos y tesoros sacados de basuras y desechos. Miró sus manos y atisbó en ellas algo a lo que estaba desacostumbrada: uñas blancas y perfectamente recortadas sobresalían de sus manos y rivalizaban con éstas en limpieza. Levantó la mirada y frente a ella en la pared opuesta vio una imagen de sí misma que la asustó. Su memoria frágil, tras los años de desidia y abandono, no atinaba a saber qué era aquel objeto. Tardó aún unos minutos en poner nombre a la superficie de cristal que jugaba a repetir su imagen. "E-s... e-s-p-e... Espejo" logró decir finalmente.

Quizá fue la emoción de la palabra recién recuperada desde la maraña del olvido, quizá la imagen especular o quizá el olor que destilaba todo el lugar y que se hundía profundamente en el interior de su nariz. El caso es que su corazón no pudo soportarlo.

Al mes siguiente los servicios sociales la encontraron tendida en el suelo con la mano derecha taponando su nariz. Una nueva llamada de los vecinos había puesto en marcha el operativo que otrora acabara con la insalubridad de aquel piso, pero ni bomberos, ni policía, ni médicos y enfermeros estaban preparados para encontrar a aquella anciana muerta. Semanas antes el panorama de moscas y ratas, junto a los regueros gelatinosos que a cada paso pegaban las suelas del calzado al suelo, habían resultado prioritarios. Todos los vecinos habían acudido esta segunda vez al teléfono municipal denunciando el hedor que salía tras aquella puerta del 4ºF nuevamente. No obstante, ninguno acertó el motivo hasta que la verdad se reveló a sus ojos resultando ya demasiado tarde. Ahora un silencio sepulcral y acusador se desplomaba sobre sus conciencias y las máscaras usadas en la desinfección eran sustituidas por las máscaras de la vergüenza.

Comentarios

  1. El perfume de la limpieza traía consigo el hedor de la soledad marginada.Enhorabuena Sechat por el mensaje que transmite tu narración.Creo apreciar en ella que no solo le despojaron de sus recuerdos,sino de su soledad; que se hallaba pulcra en medio de la nada vacía.
    Se preocuparon por su (de ellos) salud,sí,como haríamos cualquiera.Pero siempre queda ese paso siguiente al lavado de conciencia.
    Escalofriante relato,y muy bien descrita la escena del corazón que deja de latir.
    Y felicidades por la frase ;)
    Un abrazo!

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  2. el regreso a septiembre deja una estela de falta de minutos personales

    no he podido todavía hacer un inciso y dedicarnos un suspiro...

    saludos

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  3. ¡Ja, ja! Metalsaurio muy bueno... no había caído en el porqué de tu comentario. Ha sido un lapsus muy grave. Sería muy largo de explicar el porqué del error, pero en cuanto pille a uno que yo me sé... me va a a oír. Agradezco tu buen humor como siempre y por supuesto tu visita. Gracias.

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  4. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  5. Una historia muy triste, sobre todo porque más de uno y de dos son los ancianos que mueren abandonados por todos. Quizás sea nuestra sociedad la que sufra el síndrome de Diógenes.



    Un saludo,


    Pedro.

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  6. El relato me gusta y cómo está escrito también, pero... el título fastidia el asunto. Quiero decir que, una vez leído el título, ya sabes qué es con lo que te vas a encontrar...


    Un saludo!

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  7. Es un relato realista, de gran actualidad, no agradable de leer y tremendamente duro. Despierta la conciencia social. Invita a la reflexión sobre el tipo de sociedad deshumanizada en la que vivimos. Cada vez somos más los avocados a vivir esa situación en un futuro más o menos cercano. Entre el alzheimer, el síndrome de Diógenes, el síndrome de Peter Pan, el miedo a la soledad..., cada vez estoy más decidido a apuntarme a la Residencia permanente "Crucero Princesa", de gira contínua por el mundo (no cuesta más que una resisdencia normalita y te cuidan mejor); y cuando muera, que me tiren por la borda y se olviden de mí.

    Enhorabuena de corazón, consonante favorita.

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  8. Pfff... me ha dejado la piel de gallina.
    Genial, las palabras muy bien escogidasm cuidada al detalle la estética del texto.
    Un saludo ;)

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  9. Gracias a todos por vuestras palabras y vuestra sinceridad. Estoy contigo María: el título resta misterio, pero siempre he sido un poco desastrosa para los títulos y o no dejan nada a la imaginación (como en este caso) o no tienen relación alguna con lo que aparece líneas abajo.

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  10. No te tenido tiempo de leerte en este momento pero he pasado a saludarte y bueno agradecerte tu comentario donde me decías lo original de tus cartas (cuando se escribían) y veo que por tu blog (los otros no los he visto aún) que sigues siendo igual de original. Por cierto acertaste con el Mensaje Oculto del ambigrama. Mucha suerte en el consurso 20 Minutos a ver como se desarrolla.

    Un saludo
    JOSE

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  11. Me gustó mucho relato.

    El síndrome de Estocolmo ¿se llamaba así? Es una realidad problemática, difícil y triste. Pero qué se le va a hacer...

    Saluditos.

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  12. ¿Que sucedió con el séptimo cumpleaños :o?
    De repente desapareció
    Un abrazo!

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  13. Carlos: lo escribí del windos live writer y se adelantó la publicación. Rara vez lo uso, porque no me permite programar la publicación. Era la historia de mañana, así que mañana podrás leerla en el blog a partir de las 8:30 a.m. Lo siento.

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