Imagen de Enrique N.Martínez Blanco
No pretendía publicarlos por aquí, pero he de dar un poco de vidilla a esto, así que los cuelgo por duplicado en éste y en mi otro blog. Total no voy a ganar nada, así que no se me puede penalizar por darlos a conocer al público. Van en orden descendiente, es decir el último que aparece en el post es el primero que presenté al concurso y confieso que uno de mis favoritos.
No quedaban libros... en las ruinas. La humanidad los había quemado regresando a las cuevas, por evitar la invasión alienígena, aparentando primitivismo ante los extraterrestres.
No quedaban libros... hordas de dinosaurios, vampiros, trols, orcos, trasgos y ogros los habían destruido, simulando ser tan malvados y reales como el hombre.
No quedaban libros... eran ilegales. Nadie traficaba ya con armas: en las páginas estaba el verdadero poder.
No quedaban libros... los neonatos venían siempre con uno bajo el brazo, y la editoriales hubieron de cerrar sus puertas por no poder asumir tal demanda.
No quedaban libros... La electrónica había acabado con los últimos ejemplares que se exhibían desde entonces en los Museos de historia natural.
No quedaban libros... a la vista. Se acurrucaban asustados entre trastos y se turnaban contándose los relatos de sus páginas, como único medio de supervivencia.
No quedaban libros... las urracas los confundieron con joyas, y desde entonces completos o desmenuzados, adornan sus nidos.
Imagen de Enrique N.Martínez Blanco
No quedaban libros... escritores y poetas vivían en los calabozos del castillo. Nadie los salvaría porque no había caballeros ni espías que abandonasen las páginas para esa aventura.
No quedaban libros... con los que sosegar su alma o asustar sus miedos. Sólo quedaban ante él la ceguera del silencio de todos los que había aprobado la nueva ley: "No más libros".
No quedaban libros... porque los robots no podían permitirse una raza inferior más preparada y culta que la suya. Ya estaban hartos de tantas rebeliones por parte de los humanos.
Pues te agradezco que los publiques, Sechat, pues como no sabía tu otro nick no pude disfrutarlos entonces... Aunque no ganemos, igual los publican todos en conjunto en un libro. ¿no te parece? Sería bonito...
ResponderEliminarBesos.
Buena participación!! ;) Aunque el sistema de votación del concurso hace complicado ganarlo...
ResponderEliminarOnminayas: A mí también se me había ocurrido lo del libro y estaría bien que se hicies sí, sobre todo si dedicasen las ventas a los damnificados en Haití. Sería un bonito gesto. Un abrazo.
ResponderEliminarSara: gracias. Sigo indagando sobre el enlace para votar por tu relato pero no doy con él... ¿Me lo podrías dar, por favor? Un besote.
ResponderEliminarNo creo en el horóscopo salvo cuando logro algo y digo eso de soy aries :) (aunque me queda la lucha con el programa de votos pero cuenta con ellos)
ResponderEliminarGracias por decidirte a publicarlos!
Son muy buenos minis y la iniciativa para ayuda a Haití me parece fantástica, además de que el lector disfrutaría de leeros a Onmi como a Sara como a ti y ese libro sería el mejor premio.
A mi me encanta mas que el último el titulado "El poder de las palabras"
Un abrazo!
*temo que llegue el momento en que no se eche de menos que no quede ningún libro (de los de papel de siempre)en el mundo. ¿No va a llegar, verdad?
Carlos: reconozco la comodidad de los e-books donde uno tiene en sus manos la recopilación de cientos de títulos, pero si es por mí desde luego el libro de papel no va a desaparecer nunca. El frío de la pantalla nunca podrá con el cálido sonido y el agradable tacto de pasar las páginas de papel. Un abrazo.
ResponderEliminarLeyendo tu respuesta al comentario de Carlos, permíteme Sechat que humildemente te apostille algo: el olor del papel... A mí, al menos es algo que me tiene embriagado. Siempre acostumbro a oler un libro antes de empezar a disfrutarlo. Eso tampoco me lo aportarán jamás los e-books.
ResponderEliminarBesos.
Onminayas: estoy totalmente de acuerdo. Es algo que observé hacer a un buen amigo y desde entonces cuando me acuerdo, yo también practico ese ritual. Un abrazo.
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