Asomo mi mirada a través del balcón y mis ojos repasan silenciosos los recovecos de las calles al amparo de la luz nocturna. De vez en cuando se detienen en escenas que los hacen brillar de alegría o temblar de emoción, porque los ojos están llenos de vida y pueden ser transparentes como el agua o turbios como las nubes de tormenta. La ternura de una madre que sonríe a su hijo o la pareja de jóvenes que se besan como si quisieran evitar el fin del mundo, son esa clase de momentos que mis ojos pretenden capturar entre pestañeo y pestañeo, y suspiro nostálgica ante mi vientre vacío mientras una lágrima se despide de la cuenca de mis ojos marrones, dispuesta al suicidio.
De repente me acuerdo de ella… Me giro y la encuentro como siempre apagada, con su piel arrugada y la eterna manta de cuadros cubriendo sus piernas inertes. Y su sola presencia infunde calor a mi cuerpo reconciliándome con dios y el mundo; con la oscuridad y la luz; con la belleza y el dolor. Siento entonces que vuelvo a aquellos momentos de fragilidad absoluta en que fui enteramente feliz. Es más, sé que la luna desde su balcón celeste abre los brazos a mi alma de hija que nunca pudo ser madre.
Perdonad si no os parece bueno, pero lo he escrito de improviso tratando de crear un texto sobre la luna y al final el resultado, un tanto desastroso, ha sido éste. Un besazo.
ResponderEliminarDe desastre nada, me parece supertierno.
ResponderEliminarLa unión-dependencia-necesidad de una hija por su madre, pero también de una madre por su hija.
Besos desde Fuenla.
A veces pasa que uno pretende algo y acaba siendo otra cosa. Queda este texto y puedes volver a escribir lo que querías ^^
ResponderEliminarAhora que ha salido esto, ya hay espacio para tu idea.
Hay que ver un simple recuerdo lo que puede desencadenar. En este caso a la aceptación y la reconciliación. Y después??? cómo seguirá su vida???
Un barazo.
Gracias Moni. Tú, siempre tan amable. Besotes.
ResponderEliminarP.D.: Tengo ganas de veros.
Gracias Ananda. Tu comentario me alienta a seguir dando vueltas en mi cabeza, a ver si retomo el tema principal del relato que quiero escribir. Un besote.
ResponderEliminar¿Desastroso? Es emotivo, melancólico, tierno, hermoso.
ResponderEliminar¿Cómo se te ocurre pedir perdón por un texto asi?
Besos.
Gracias Perikiyo... lo califiqué de desastre, porque no responde en absoluto a lo que pretendía contar inicialmente. Me alegra ver que os ha gustado. Un abrazo.
ResponderEliminarNo me parece desastroso (ni mucho menos). Me parece sincero y tierno.
ResponderEliminarUn beso, improvisado bajo la luna.
Siento contradecirte en tu dura crítica al relato, Me encanta cuando esa improvisación, la emoción de cada secuencia que sucede en la mente instantes antes de escribirla y surge un final inédito pero que cierra magníficamente ese momento de suspiros y anhelos de vida.
ResponderEliminarUn abrazo!