- Cuando el viento arrebató al hombre su velo azul, el mundo de los tuaregs quedó al descubierto.
- Nos pasamos la vida queriendo atravesar el espejo y ver ese mundo, pero desde el otro lado también aspiran a lo mismo.
- Érase una vez una princesita que no creía en cuentos, y perdió su corona y a su príncipe azul. Ahora duerme entre cartones.
Te invito a que pasees por las letras de mi otro blog:
y por qué no fueron posteados? :S
ResponderEliminarMe gustan. El de la princesita me hizo pensar que está feliz por haberse liberado de tanta carga y un pelma.
ResponderEliminarBesos
Pobre esa princesa, entre cartones, pero es que... me gustan tanto las variaciones en los cuentos...
ResponderEliminarBesos
Son geniales, sobre todo el de la princesa. ¿Podría ser yo esa princesa? :)
ResponderEliminarSaluditos, Sechat :)
¡Hola, Sara!:
ResponderEliminar¡Cuánto tiempo sin verte por aquí! No fueron posteados por pereza y porque no me parecían suficientemente buenos, pero como soy variable como el viento ahora he cambiado de parecer je, je.
Besotes.
Ananda,
ResponderEliminares cierto, a menudo la felicidad está en el sitio más insospechado.
Besotes.
AdR,
ResponderEliminarje ,je los cuentos con final feliz están muy gastados ya y no aportan nada nuevo, ¿verdad?
Besos.
Saludos a ti, Esther,
ResponderEliminarespero que no seas tú esa princesa, si eres otra de acuerdo o si te liberas de algo, pero no acabes entre cartones, guapi.
Besotes.