ORACIÓN DESDE LAS PROFUNDIDADES Que por ti gané y perdí la alegría al mismo tiempo. S antificado sea tu nombre . Venga a mí la paz que anhelo. Que por ti ya no respiro, no vivo… sólo padezco. Se ha hecho mi voluntad y te he dado cal cuando sólo debí darte arena. Perdona mi torpeza, mi cobardía, mis malos modales, mi falta de sinceridad e inteligencia, mi egoísmo, mis disimulos, mis huidas, mis miedos, mi tristeza, mi falta de escucha, mi fingido desinterés… y tantos otros “mis” que aún me son ocultos, y que son el pan nuestro de mi vida. Quiero esta tentación la quiero más que nada, pero es mi corazón el que te habla ahora cuando debiera ser mi cabeza. AMÉN. Te invito a que pasees por las letras de mi otro blog: www.cuentosrecienhorneados.blogspot.com