El rojo nunca me ha sentado bien. Mis asesores de imagen siempre lo han dicho. No comprendo cómo me has convencido para esto.
Siempre he creído que como princesa mi sangre sería azul y no de este feo color como ahora se demuestra. Eres despiadado. Con este tipo de muerte que me brindas, no se cumple mi última voluntad: tan sólo quería estar guapa.
Lo que ves aquí escrito es original e inédito. Si te gusta, disfrútalo desde el blog, pero no lo copies, por favor. Pertenece a mi propiedad intelectual, si lo hicieras estarías dañando mis derechos de autor. Gracias.
TOMA!!!! no, si debe ser la presión de la corona que las deja el cerebro "desmejorado" a las princesitas de sangre azul jajaja.
ResponderEliminarAbrazo.
Magnífico microrrelato y magnífico blog. Lo pongo en mis favoritos con mucho gusto.
ResponderEliminarGracias por tus palabras y por tu visita "nohubounavez". Voy a investigar tu sitio, con tu permiso, claro...
ResponderEliminarAnanda: a ti nuevamente gracias, porque siempre estás ahí al otro lado, brindando tu apoyo. Un abrazo.
Hasta la princesa de sangre azul, en su lecho de muerte comprobó la cruda realidad: que todos tenemos la sangre roja.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo indio
Gracias Nocomments, Hau!
ResponderEliminarHola Sechat!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu microrrelato.El tacto de la sangre sobre la piel dando esa ira sorprendente no por la propia muerte sino por una decepción. Llevan las venas la máscara azul, carnaval de vida y muerte, de sueños y realidad.
Muy bueno!
Voy recorriendo el blog en estos días y deseote unas muy felices vacaciones!
Un abrazo!
Gracias por vuestras palabras. Me han dibujado una sonrisa con la que la vuelta a la rutina, seguro que resulta menos tediosa. Besos a todos/as.
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