Percibo bajo mis pies una especie de niebla que hace fluctuar mi ánimo desde la alegría hasta el llanto. Inexplicablemente, todo a mi alrededor aparece oscuro a pesar de la claridad del día y el calor me provoca escalofríos. Siento que no soy yo y que dificilmente volveré a serlo de nuevo. Mi cuerpo finge reposar sobre este banco del parque, mientras mi mente vuela en busca de los recuerdos y de las imágenes que alguna vez inventó mi fantasía.
Banco en el Paseo al Río Grande de mi pueblo (móvil). |
Con cada rayo de luz que me roza, mi cuerpo se estremece y viaja al pasado o al futuro a una velocidad de vértigo. Me siento ligera como una pluma y sin embargo, algo ata a mi corazón a esta realidad del presente con la firmeza de un ancla de varias toneladas. A veces recreo tu cara con la misma nitidez que si te tuviera frente a mí y en otras tus rasgos se desdibujan hasta ser más aire que nunca.
La pesadilla se ha convertido en mi segunda patria, mi amiga de confidencias. Mi mente opina una cosa y cada célula de mi cuerpo, así como mi corazón, se amotina opinando por su cuenta al respecto de este asunto. Y es, sin embargo, esta rebelión inesperada la que me hace sentir más viva que nunca. Gracias por todo... porque nunca podría dejar de quererte.
Te invito a que pasees por las letras de mi otro blog:
No me preguntéis qué pretendo con este "texto" porque ni yo misma lo sé. Supongo que es una especie de confesión catársica... ¡Vaya usted a saber! Besotes.
ResponderEliminarNo caen hojas sobre ese banco, el otoño detiene sus pasos ante aquel momento. El calor no se percata de ello, aun ocupado en su despedida, pero el viento sí.
ResponderEliminarLas palabras pueden detener el tiempo, cambiar el clima, llenar el espacio, y qué mas da que no sepas que pretendes :)el hecho es que sin ellas ese lugar, ese momento, estaría vacío.
Me ha encantado tu rebelión. Un abrazote
Muy bonito el final. Lástima que no siempre la otra parte, sepa apreciarlo suficiente... pero, a veces es así... Y a veces, ciertos pensamientos ya son un gasto de energía, aunque no es fácil borrar un recuerdo... lo máximo que podemos hacer es apartarlo en un baúl para siempre. Pero, recuerdo una frase de El secreto de Puente viejo, que Soledad le decía a Juan:
ResponderEliminar- Tú debes estar muerto en mi corazón, como yo lo estoy en el tuyo.
De todas formas, nuestros pensamientos son los que crean nuestro mundo, al parecer, por lo que he visto en cierto lugar. Así que todo esfuerzo que valga la pena para modificar pensamientos y a ver si así... Debo verificar ciertas verdades, que mi corazón dice que es verdad. Creo que con la mente puedes engañarte pero, no el corazón, aunque la mente ¡es magia! y es muy terca también, ése ese el problema. Quiero creer que también podemos ser magos sin ayuda, ya de magia esotérica. El corazón me dice que es así ¡tiene que ser así! Lo he visto en algún lugar, no son ideas originales mías. He de verificarlas y quiero creerlas :)
Y qué más da, Sechat???
ResponderEliminarA mi me llega esa soledad, ese momento de reflexión y de confusión porque como bien dices, es un viaje al pasado o al futuro y por el interior real y fantástico.
Ese banco es muy expresivo :)
Besotes
Gracias, Carlos, me ha conmovido una vez más tu comentario. Besotes.
ResponderEliminarEl amor y el pensmaiento mueven las vidas y por tanto el mundo. Supongo que será cuestión de tener siempre a nuestro alcance pensamientos positivos y el corazón abierto al amor. Besotes, Esther.
ResponderEliminarCreo, Ananda, que has dado en el clavo... ese banco refleja belleza, nostalgia y soledad. Supongo que tus palabras han sido más certeras que las mías je, je.
ResponderEliminarBesotes.