
Abraza el portarretratos que hay sobre la mesilla de noche. Su corazón cobra fuerzas y baila en su pecho, al ritmo de la alegría que despierta en su piel, esa sonrisa congelada. Es el único recuerdo que tiene de ella. Ése que le socorre cuando la pena le invade y le tiemblan las piernas ante la soledad desmedida.
No conoce otra manera. No hay otra vía. A kilómetros y kilómetros de distancia, esa imagen le ata a ella... a esa boca, a esa luz en sus ojos, a esa magia...
(***)
¿Distancia?, ¿proyectos? ¡Qué más da! El abismo que les separa a una velocidad directamente proporcional a la intensidad de su deseo, no deja hueco a las sorpresas. Si quisieran renunciar a lo inesperado, los nervios en el estómago quizá se mitigasen un poco, pero se quedarían sin embrujo. Ya no habría más peticiones a las estrellas, ni esa revisión una y mil veces de cada detalle de los únicos recuerdos, en forma de papel, que tienen el uno del otro.
La rueda gira imparable y el tarot emula un sino incierto. Disipado en la nostalgia del tiempo que compartió con ella. Besa sin vergüenza su tesoro, recreándose en la búsqueda de ese calor que el cristal le niega. Y de nuevo se siente enfermo y medio muerto, porque a pesar de todo... la ama.
(***)
Desde el pedestal de su asiento de conductora, contempla el horizonte que se extiende a lo lejos. Alberga la esperanza de encontrar un eslabón que resista cualquier embate o tormenta, y que por fin sea artífice de llantos y deseos atenuados, en los únicos brazos por los que querría ser consolada...
Está claro que mi historia es bastante mediocre y que no aporto nada nuevo a la canción. Y es que en mi cabeza se entremezclaban una y otra vez la letra de la canción y la imagen del vídeoclip, superponiéndose contínuamente. De ahí, que este relato no destaque por nada. No obstante, visto desde otro ángulo, quizá así sea más evidente para que adivinéis cuál es la canción en la que me he basado. Creo que agoté mi imaginación hace unos días...
ResponderEliminarJo, otro que nada. No sé si aportaras o no a la canción , pero has cosneguido un cuento con sentimiento.
ResponderEliminarUn saludo,
Pedro.
Jo... pues va a ser que conmigo no va a suceder el milagro, eh! :P
ResponderEliminarDe todos modos, ya tengo ganas de saber qué canción es para escucharla, porque si se parece a tu historia, me da en la nariz que es de las mías y que no me quedaré en escucharla sólo una vez.
Que no se te olvide sacarme de dudas, ¿ok? ;)
Un besote!
Jolin... acabo de ponerte un comentario y no lo vel por ninguna parte. ¡Ha desaparecido! XD
ResponderEliminarBueno, que te decía que conmigo va a ser que no va a suceder el milagro, porque no tengo ni idea de qué canción escondes... :S
Aún así, por lo que tú cuentas, sí que me da ganas de saber ya el título y escucharla (y no creo que sólo una vez).
Un besote!
Cruenta batalla la que nos relatas entre el deseo y la distancia. Aunque éste llega a reducirla a su casi inexistencia. Pero es ese casi el que martiriza finalmente con el recuerdo, con el anhelo de estar juntos.
ResponderEliminarNo consigo dar con el título de la canción en que se basa la historia,pero ojalá tenga un final felíz!
Bella combinación de los dos escenarios.
Un abrazo y de imaginación agotada nada!
Bueno, aprovecho que hoy es domingo y que mañana será otra historia (ji,ji) para desvelar el "misterio". La canción es de Juanes junto a Nelly Furtado y el título "Fotografía".
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