Tengo las doce claves del poder en mis manos. Doce pequeñas puertas que combinadas entre sí en grupos de nueve u once me permiten hablar con quien yo quiera. Lo mismo da que sean grandes dignatarios o famosos futbolistas. Todo lo puedo con esos doce tatuajes sobre mi piel. Me llaman teléfono.
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¡Bienvenido, cazador de nubes!
Espero que acertéis de qué se trata. No quería dar demasiados detalles y obviamente está descrito en sentido figurado, pero bueno... creo que es fácil. De todos modos, lo que me interesa es que guste o que al menos entretenga.
ResponderEliminarSeré buena... ;) si nadie lo adivina, en una semana pongo el nombre del objeto que describo, como título. Por cierto este comentario quizá os sirva de pista. Un abrazo.
ResponderEliminar¿Quién soy? Es más fácil de lo que parece, de verdad.
ResponderEliminarun reloj?
ResponderEliminarPuff! Pues a mi no se me ocurre nada :s
ResponderEliminarJulián: frío, frío. Es un objeto cotidiano y la clave está en esos doce "tatuajes" y en lo de hablar gracias a él con quien se quiera... ¡No puedo dar más pistas!
ResponderEliminarun telefono!
ResponderEliminar¡Premio para el señorito! Efectivamente es un teléfono... ¿Era tan difícil? Pensé que lo acertaríais enseguida. Un abrazo a todos.
ResponderEliminarAhora, a renglón pasado, podría haber dejado bien alta mi supuesta inteligencia... Pero, no, seré honesto revelando mi torpeza ante los enigmas.
ResponderEliminarRealmente has disfrazado aquel artilugio con tan aguda maestría que, por aventurar un nombre, también hubiese dicho reloj, por hacer menos tensa la espera a la resolución del ingenioso acertijo.