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LA DESTRUCCIÓN DE “LA RAZA” (1ª parte)

“Comenzó a verse una luz allá al fondo, sólo faltaba un poco más. Entre todos, trabajando juntos, estaban a punto de conseguirlo” (Frase de Niobe para El Cuentacuentos).
Comenzó a verse una luz allá al fondo, sólo faltaba un poco más. Entre todos, trabajando juntos, estaban a punto de conseguirlo. Poco importaban el cansancio y la humedad imperantes allí abajo, tampoco la oscuridad era un impedimento para seguir cavando, pues tenían recursos para combatirla, al menos en parte. Todos ellos eran plenamente conscientes de la conmoción que supondría su retorno una vez fuera en la superficie: el hombre les había confinado a esas catacumbas y pagaría con la extinción de su especie la afrenta, si fuera preciso. Cuatrocientos años dan mucho de sí para planear una estrategia y una venganza, aunque tal vez la tecnología jugase a favor del hombre, ellos contaban con el factor sorpresa y la imaginación también estaba de su lado. Una virtud ésta que escaseaba cada vez más entre los humanos.
— ¡Necesitamos más polvo de hadas!—gritó una voz profunda como un trueno.
De inmediato cientos de pequeños corpúsculos flotaron hacia la parte delantera de aquel inmenso y variopinto grupo. Las pequeñas hadas sobrevolaron con orgullo y coquetería por encima de cabezas de gnomos, elfos, trols, orcos, esfinges, quimeras, gárgolas, aves fénix… dejando a su paso un mar de suspiros, aplausos y silbidos. Todos allí eran valiosos.
Una vez en el punto donde se les había reclamado, las pequeñas hadas comenzaron a entonar una maravillosa melodía que acompañaban con la oscilación de sus cuerpos. Primero sus voces apenas eran un susurro, luego fueron elevándose, a continuación aumentaron progresivamente el ritmo de la canción y de su baile; al final, casi a punto de terminar, giraban sobre sí mismas a una velocidad increíble. Al hacerlo, de sus pequeños cuerpos manaban gotas de rocío brillante que impregnaron todo a su alrededor haciendo cosquillas a quienes estaban bajo ellas. Cuerpos y piedras quedaron empapados de destellos de luz que crepitaban, mitigando la negrura. A pesar del aparente caos, allí no había cabida para el desánimo ni mucho menos para la desorganización. Precisamente en ello se basaría su victoria en el ataque final contra su propio creador.
Los gnomos, expertos conocedores del terreno al igual que orcos y enanos, señalaban el lugar preciso donde la roca resistiría los embates de la excavación; por el contrario, elfos, vampiros, gárgolas y esfinges ejercían de centinelas por si algún enemigo osaba penetrar en el laberinto de piedra bajo el que habían sido enterrados hacía siglos. A miles de kilómetros del grupo más numeroso y principal, Poseidón y Eolo actuaban de vez en cuando creando pequeños maremotos o huracanes, según los poderes de cada uno, que invariablemente el ser humano achacaba al cambio climático; de la desaparición de embarcaciones se encargaba Caribdis junto con sirenas aladas y hermosas nereidas (éstas últimas actuando en contra de su propia naturaleza). También los dragones contribuían a esos pequeños cataclismos, provocando misteriosos incendios en sitios deshabitados, a menudo con ayuda de algunos ave fénix y quimeras, pues éstas últimas con sus tres cabezas arrojando fuego: una de dragón en la cola, una de macho cabrío y otra de león sobre su lomo, eran infatigables; otras veces, aconsejados por la diosa Gaya, los dragones y quimeras se agrupaban en el interior de un volcán ya extinguido, y juntaban sus potentes torrentes de fuego enfocando sus gargantas al cielo para sembrar el miedo entre los supersticiosos hombres que creían presenciar el despertar de un dormido volcán, poniendo en tela de juicio los sismógrafos y todo tipo de sofisticados aparatos que pudieran prevenir de esas alteraciones. Tan fatuo era el ser humano que teniéndose a sí mismo por una raza superior: “la raza”, era el más frágil de todos y su inteligencia pronto quedaría en entredicho. Sin duda, los hombres, absortos en ganar la batalla al progreso y centrados en mirar su propio ombligo no esperarían jamás que toda una horda de seres salidos de su propia fantasía podría llevarles a la devastación absoluta.
Los golpes de martillos, mazas, picos y azadas se sucedieron sin descanso durante mucho tiempo aún. Unos habitantes daban el relevo a los otros cuando ojos, brazos o zarpas imploraban un descanso. Para desentumecer los cuerpos, en las zonas más alejadas de los puntos de excavación, se habían habilitado áreas de descanso donde poder dormir, comer o sentarse; en esos lugares, era frecuente ver pequeños corrillos, formados por seres de razas tradicionalmente enemigas, que platicaban amistosamente sin agresividad alguna. Sin grandes lujos, las pequeñas cabañas además de una pulcritud extrema contaban con un peculiar sistema de insonorización, ideado por algunos de los ingenieros enanos; como hicieron en su día con los miles de conductos de aire, que transportaban éste desde el exterior, filtrándolo cada pocos metros hasta llegar a cada hueco de salida en las cuevas; por el contrario, la humedad no habían podido hacerla frente y tampoco habían podido paliar del todo la oscuridad. En cuanto a su dieta, la comida habitual era el pan de Lembas que tan bien conocían los elfos y tanto reconfortaba con tan sólo unas migajas, pero procuraban acompañarlo de alguna hortaliza o tubérculo casi siempre raquíticos, por las duras condiciones del terreno. No obstante, lo que más escaseaba, era el agua potable, pues en aquellas profundidades la mayoría de los riachuelos que discurrían por los laberínticos túneles presentaban grandes cantidades de metales pesados y a pesar de hervirse antes del consumo, el líquido siempre dejaba un característico sabor a herrumbre en el paladar que no era nada agradable. Las incomodidades con los años de encierro habían ido agudizando el ingenio, pero también habían caldeado más los ánimos y generación tras generación crecía en los espíritus de todas aquellas razas, de aquellos dioses y semidioses, el afán de venganza. Incluso las mujeres, más dadas habitualmente a mediar y evitar los conflictos, estaban de acuerdo en hacer justicia y salir de aquel encierro; también el propio Pegaso, reconocido símbolo de la inspiración poética, y por tanto más ligado a los hombres desde su origen, defendía la causa.
Un día, quizá una noche, a decir verdad pocos allí tenían noción de la diferencia entre uno y otra debido a la casi absoluta penumbra, un estruendo enorme sacudió las cuevas. Era la señal que estaban esperando: Thor erguido orgulloso en su carro tirado por Tanngnjos y Tanngrisner, les avisaba con su rastro de trueno del Gran encuentro. Pronto la noticia corrió de un rincón a otro. Así pues, tal y como estaba previsto, los más ancianos de cada raza reunieron a los suyos para recordar el plan de huida. Después se celebró la Gran Asamblea a la que acudieron todos los miembros de aquel peculiar cortejo vengativo.
—Sólo llevaremos lo imprescindible y los más fuertes iniciarán la marcha masiva, pues no sabemos lo que nos depara la superficie tras tantos años de ausencia. De este modo, si sucediera algo, siempre podríamos regresar a nuestras cuevas; de ahí que mujeres, niños y ancianos salgamos los últimos. Marchemos, pues hijos míos. Recordad que una vez fuera Atlas, junto a los gigantes, ents y cíclopes comenzará a arrojar rocas de gran tamaño. Nosotros descenderemos por la vertiente contraria de la montaña, precedidos de centauros y amazonas armados con sus arcos, y de los orcos, trasgos y nazgûl que con su inestimable sentido del olfato nos indicarán con antelación de la presencia de humanos; los ulifantes transportarán nuestros enseres. Los más pequeños de nosotros junto a los vampiros, aprovecharán las sombras de la noche para infiltrarse en los hogares de nuestros enemigos, puesto que a gnomos, duendes, hobbits y enanos les tocará una de las más arduas tareas: ganarse la confianza de los niños. Vosotros dos— dijo dirigiéndose con respeto hacia Morfeo e Hipnos— ayudaréis a simular que su presencia es un ensueño, para que las palabras de esas criaturas pierdan credibilidad ante los hombres adultos; de hecho, Hipnos, a ti compete sembrar en los jardines y ciudades amapolas que induzcan al sueño. Simultáneamente a nuestro descenso, Pandora abrirá su caja y sus vientos ayudarán a Apolo a localizar y avisar a Eris y Adrastea (las dos primeras en introducirse nuevamente en el mundo de los hombres que estarán acompañadas por Tisífone, Megera y Alecto, las tres erinias). Efectivamente, como ya sabéis, desde hace varias jornadas todas ellas ya están allí ejerciendo sus artes de engaño, sembrando venganza y discordia entre gobiernos. Cuando nosotros lleguemos los países más poderosos estarán profundamente debilitados —. Pronunció solemne el viejo druida—. No temáis, pues el hombre no nos espera. En estos momentos, si ellas cinco han cumplido su cometido, como sin duda habrán hecho, el hombre teme más una confrontación bélica a nivel mundial. No; no está preparado para esto. Por último no olvidéis que la oscuridad se cernerá sobre todo el planeta, pues Helios se encargará de llevar el sol tan lejos del planeta como le sea posible; lo hará justo después de que los más pequeños de nosotros se hayan acercado por fin a los más débiles de la especie humana, y esa primera jornada de oscuridad absoluta será aprovechada por Frankestein, Jeckyll, fantasmas y zombis para instaurar el miedo y el asombro. Todos creerán que lo que ven es producto de una pesadilla y no le darán mayor importancia.  El hombre sabrá lo que es vivir en la más absoluta de las tinieblas, en el más amplio de los sentidos y rogará clemencia, pues nosotros ya estamos acostumbrados a ella—. Terminó diciendo el más anciano de toda la comunidad.
(Continuará…)

Comentarios

  1. Pido disculpas... he tenido problemas con el editor de texto y no puedo separar los párrafos como es debido. Además no me ha funcionado lo de programar la entrada. Menos mal que he podido hacer un minihueco para comprobarlo y he aprovechado para leer los demás relatos de los Cuentacuentos.

    En fin... un besazo a todos.

    P.D.: Por si os interesa, la segunda parte la colgaré a finales de esta semana.

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  2. Habrá que venir a ver entonces como termina esta historia donde muchos de mis seres favoritos planean la aniquilación, exterminio y amedrentación humana...

    Aunque realmente espero que los niños y sus almas inocentes consigasn salvarnos a los adultos, que poco a poco, mientras maduramos, estamos olvidando el mundo de la magia...

    Besines de todos los sabores y abrazos de todos los colores.

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  3. Le decía a Angelica del presupuesto de Avatar, antes de leer tu relato, pero tras hacerlo me reafirmo en que no superarán mil imágenes a la palabra.
    Felicidades por el contenido bien documentado de la narración y como vas encajando el mundo en su actualidad con ese poder de seres a los que hemos ido arrinconando en clichés y que están a punto de recuperar.
    Se presenta una continuación muy emocionante, y bien que la realidad necesita de ellos!
    Un abrazo!

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  4. Me alegro de que lo publicaras, es una historia o un comienzo muy interesante.
    Estoy deseando leer el resto y me pregunto si solo habra una segunda parte.
    Un saludo del Bardo.

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  5. Me encanta este relato, me gusta muchísimo las historias de personajes míticos, y no te has olvidado de ninguno en este relato. Estoy deseando leer la siguiente parte. Felicidades. Un saludo. :)

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  6. Madre mía Sechat, qué super imaginación tienes... está claro que a ti la fantasía no se te resiste en absoluto!

    Un saludo y a por el desenlace ;)

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  7. Habrá que venir a leer la segunda parte...

    Me encanta como vas describiendo cada ser y el plan que ni nos esperamos. ¿Vas a acabar con la humanidad o todavía hay remedio? Me has dejado intrigada jeje

    Besos! :)

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  8. Mare de Déu!
    Un buen historión que tiene tanto de fantástico como de real.
    Yo también espero a ver la segunda parte de la trama... je je je...
    Encantado de pasarme por aquí.
    Espero más!!!

    Un abrazo!

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  9. Niobiña...
    me alegra tenerte en suspense, pero no recuerdo haber dicho que terminase con la segunda parte ;) ji, ji ^^

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  10. Carlos,

    las comparaciones son odiosas y en ésta te has pasado. Confieso que "Avatar" en una de mis peículas pendientes por ver. Me agrada comprobar que te ha gustado tantísimo.

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  11. El bardo,

    fuiste intutivo ji, ji... Habrá al menos una tercera, aún tengo que decidirlo, porque algunos personajes están tomando más protagonismo del que esperaba inicialmente...

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  12. Shaylee,

    también a mí me encanta la mitología y tenía ganas desde hace tiempo hacer un texto donde interviniesen varios de ellos. Me alegra saber que te ha gustado. Espero que las siguientes partes estén a la altura de vuestras expectativas.

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  13. Sara,

    gracias, pero fue un golpe de suerte, créeme. Un besazo.

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  14. Atenea,

    un buen mago nunca revela sus trucos, y yo como protoescritora, de momento me los reservo para mí ja, ja. Me encanta tenerte por aquí. Un abrazo.

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  15. Hell,
    es y será un placer tenerte entre mis letras. Me estáis asustando un poco, la verdad, pues no esperaba tanta expectación. Parezo Santiago Segura en plena promoción de su peli ja, ja.

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