Ir al contenido principal

El tintero de oro (Enero 2019)

¿Qué tal?

Yo encantada. Y cada vez más animada a escribir. Quizá muchos no lo sepáis, pero hace ya unas semanas publiqué una página estática en este blog para recopilar información útil para todo aspirante a escritor. En ella podréis encontrar desde webs con artículos sobre cómo crear personajes y diálogos potentes y creíbles, sitios que resuelven dudas ortotipográficas  hasta aquellos abiertos a la participación. Y digamos que el blog de David Rubio tiene un poco de todo eso. Por un lado es un blog desde el que organiza un reto mensual denominado, "El tintero de oro" (en este enlace podéis leer las normas), y por otro disecciona en pequeñas y preciosas piezas todo lo imaginable para dominar el arte de la escritura y encauzar nuestro talento de la mejor manera posible. De verdad que no tiene desperdicio y que su sitio es una de las mejores lecturas que podéis regalaros si queréis crecer como juntaletras.

Y ¿por qué cuento esto? Pues porque en esta ocasión, traigo un relato escrito expresamente para su reto. No es ni de lejos lo que tenía en mente, y ni siquiera me convence demasiado, pero una vez que he descubierto su sitio, y conociendo, como conozco de primera mano, el esfuerzo que conlleva organizar un reto (aunque el mío no le llega ni a la altura del betún al suyo), no quería postergarlo, ni quería participar con uno de los relatos que he presentado a lo largo de este mes a otros eventos. Prefería darle el protagonismo que se merece. Aunque como digo, no es el relato que más me guste de los que he escrito hasta hoy. Sea como sea... ¡Alea jacta est!

Por cierto, mi propuesta tiene un total de 594 palabras, excluyendo el título. Así que cumplo con los requisitos de extensión de no sobrepasar las 1.000. Cuando la leáis, me encantará conocer vuestra opinión en los comentarios.

Cartel oficial de El tintero de oro

Por cierto, he tenido oportunidad de leer algunos de los de otros participantes y los hay verdaderamente buenos. Da gusto descubrir lecturas de esa calidad. No es fácil últimamente encontrar blogs de escritura creativa.

Os dejo a continuación con mi texto.

LA MUJER DE LOS TRES NOMBRES

Madrid amanece gris como viene sucediendo en las últimas dos semanas. Es lo normal en pleno enero. Miles de almas enjauladas en su costillar de asfalto ansían volar lejos de allí. Maia es una más entre ellas. 

Su vida no ha resultado fácil. Llegó a esta ciudad prácticamente con lo puesto, hace ya varios años. Lo bueno es que a pesar de los contratiempos no ha perdido la perspectiva y continúa siendo fiel a sí misma –si es que alguna vez ha podido descubrir quién es verdaderamente–.

Maia llegó a nuestro país, junto a varios compatriotas, a bordo de una patera cuando tan sólo era un bebé llamado Nassoumi. Y Sobrevivió al viaje gracias al calor que el cuerpo exangüe de su madre, Ndiaye, le proporcionó. No recuerda nada de ello, pero aquella travesía marcó su vida, convirtiéndola en huérfana en patria ajena, pues nadie al otro lado del mar la reclamó.

En cuanto se la conoce, uno se da cuenta de que Maia es sobre todo una luchadora. Con su prodigiosa voz hubiera podido llenar estadios; en cambio, su belleza de ébano la convirtió en esclava sexual, truncando su sueño antes de que éste desplegase sus pequeñas alas. Así es como llegó a esta ciudad de lúgubres entrañas desde Cádiz, la ciudad que la acogió al poco de llegar a España. Gaditana de corazón y senegalesa de nacimiento, nunca llegó a echar en falta su país de origen, porque en el nuestro se sintió como en casa desde el primer momento. Por desgracia, a veces perseguir un sueño conduce al soñador a vivencias un tanto tortuosas. Maia sabe mucho de eso. Cuando emigró de Cádiz a Madrid con el propósito de hacerse hueco en el mundo de la música, un representante demasiado ambicioso la vendió, por lo que para muchos hubiese sido precio de saldo. Desde entonces Maia, antes Nassoumi, no es la misma. Mientras su cuerpo yace con el de otros a cambio de techo y comida, su alma, pasada de vueltas de la vida, aspira a olvidar tanto dolor, y pierde poco a poco su luz.

Hoy es sábado y el local está a rebosar. En unos minutos comenzará su actuación. Dos por el precio de uno: la cantante y una de las mesalinas más deseadas de la noche madrileña. Los escasos segundos hasta su irrupción en escena parecen suspendidos en el aire como si todo transcurriera a cámara lenta. Una voz masculina anuncia su número con el entusiasmo y formalidad propios de un gran teatro y con un público más selecto. La presenta bajo su nombre artístico: Giselle Benoit. Llega el momento que todos esperan. Giselle improvisa, aparentemente, una entrada desde las escaleras de la planta superior, pero en el último instante, justo antes de pisar el primero de los escalones, retrocede un par de pasos, se gira, y se deja caer al otro lado de la barandilla mientras en su rostro se libera una sonrisa. El cuerpo impacta con estruendo contra una de las mesas de los asistentes. 

Comienza a reinar el caos entre espectadores y personal de servicio. Mientras la muerte, invisible para todos los presentes, arropa con mimo el amasijo de huesos rotos y músculos retorcidos en que la gran Giselle Benoit se ha convertido. Nadie lo ve, pero la fúnebre señora sonríe y mira con dulzura la silueta inerte de la joven que, tras la caída, ha vuelto a ser tan sólo Maia. 

No lo contéis a nadie, pero yo diría que la oscura mensajera actúa con la reverencia de quien saluda a una vieja amiga.

Licencia de Creative Commons



Firma_nueva_y_moderna_m_s_peque_a

Separador-de-secciones-en-Cr-nicas-1-min

Y como siempre, este escrito va acompañado del consiguiente certificado que os da vía libre, para que a través de los comentarios me deis pautas de cómo mejorar mis escritos.

Diploma-gen-rico-cr-ticas-min

Hace años, cuando escribía, casi con la misma rapidez con que llegaba el aire a mis pulmones, te invitaba a que paseases también por este rincón. Pero, por un tiempo, las letras me abandonaron y me refugié en el scrap, la bisutería y el mix media. Producto de esa etapa nació:
Afortunadamente, las letras han regresado a mi vida y no pienso renunciar a ellas.

Comentarios

  1. Hola, Rebeca. Tristísimo y doloroso relato. Muy bien perfilado el personaje de Maia. Me ha gustado mucho. Mucha suerte en el Tintero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Marta, por tu visita y tu comentario. La verdad es que sí es una historia dura, pero el personaje y su historia surgieron por sí solos y no pude evitar darles voz.

      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Hola Rebeca, tratas la dura historia de los migrantes que buscan su lugar en un mundo tan distinto del propio, rara vez lo consiguen y haciendo concesiones contínuas.
    Me gustó como desarrollaste la trama y además está muy bien escrito.
    Toda la suerte en El Tintero.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Mirella!:

      Un placer tenerte en mi rincón. La verdad es que es una historia dura sí, pero surgió de improviso y no pude evitarlo. Me alegra comprobar que a pesar de la tristeza que conlleva te haya gustado cómo he desarrollado la trama.

      Un abrazo.

      Eliminar
  3. Hola Rebeca me ha gustado mucho el relato... suerte con el reto. Saludos.

    ResponderEliminar
  4. Hola Rebeca, he leído con atención el relato y la invitación que haces para que pueda comentar como lector.
    Tal como se desarrolla la acción, puede resultar confuso el argumento y el desarrollo de la trama, quizá por la utilización de los tiempos verbales de la voz narrativa. Va del presente al pasado y vuelve al presente restando verosimilitud a un tema que puede ser interesante, pero que queda poco claro.
    En lo reforzante, se agradece en que se lee con comodidad y tiene una estructura limpia y gramaticalmente correcta. Es un placer compartir contigo, este espacio del Tintero de Oro. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Luigi. Es cierto que arriesgué demasiado con los tiempos verbales y hace que el texto pueda chirriar un poco. Sí me creó dudas cuando lo escribía, pero luego revisándolo no me pareció tan llamativo. Veo que me equivocaba. Gracias por tu observación al respecto.

      Un abrazo.

      Eliminar
  5. Una triste historia, que se repite día a día. Muy logrado el perfil del personaje. Un abrazo literario.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lamentablemente sí. Y por desgracia el hecho de que este tipo de situaciones sean relativamente frecuentes impide que seamos más conscientes de la realidad por la que pasan personas como Maia.

      Un placer tenerte en mi sitio, Lola. Un abrazo.

      Eliminar
  6. Hola Rebeca, bienvenida a mi rincón que me ha traído al tuyo, el tintero tiene la culpa jeje te respondí a tu comentario, y no me extraña que te salieras unas cuantas veces, es que con sueño tomar absenta, ni se me ocurre que puede pasarte jajaja. Bueno, con respecto a tu historia y ya que nos indicas la expresión libre, es broma, te cuento que al principio me pareció una crónica con tintes periodísticos contando esas historias de emigrantes que por desgracia siguen a la orden del día, pero justo cuando cambias, tal vez por el tiempo verbal, pasado al presente, la protagonista, Maia, Gisselle, es como otra historia, que además deja con ganas de saber más de ella y cuando eso ocurre, llega un final. Resultan dos historias y esto es interesante si la primera se logra resumir y se alarga la segunda, es una apreciación muy particular, tú ni caso. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Emerencia!:

      Creo que entiendo lo que me dices de dos historias. No sé porqué últimamente cuando escribo relatos me da por hacer esas divisiones. Las hago de manera inconscientes, pero es cierto que si provocan esa percepción de que no hay continuidad. A ver si, retomo en serio lo de escribir relatos de esta extensión (llevo demasiado tiempo acostumbrada a la brevedad del microrrelato) y me da que ésa puede ser la causa. Tomo nota de ello, para trabajarlo. Gracias por tu observación, y por supuesto por la visita.

      Un abrazo.

      Eliminar
  7. Rebeca me ha gustado mucho tu relato y está muy bien escrito. Una historia que se da con la emigración y a chicas que la vida no tiene suerte. Pero te deseo a ti la mejor suerte en el Tintero. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Mari Carmen!:

      Mil gracias por pasarte por mi sitio y comentar. A ver si me pongo al día y os comento a todos. Me alegra que te haya gustado mi relato.

      Un abrazo.

      Eliminar
  8. Un relato muy triste, y muy real para las miles de Maias que existen. Muy bien llevado y estructurado.
    Mucha suerte en el concurso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, Bruno por pasarte por mi blog y comentar. Y sí, por desgracia, existen demasiadas Maias ocultas.

      Un abrazo.

      Eliminar
  9. Sin duda, trágica historia la de Maia, con la que tantas mujeres desarraigadas y malviviendo en tierra ajena se podrían identificar fácilmente. Por la forma en que lo cuentas, se te nota muy sensibilizada con el tema, así logras meterte en la piel de la infortunada protagonista y trasmitirnos su doloroso estado de ánimo. Maia se sentía muerta en vida, y sólo muriendo puede recuperar la "vida" porque vuelve a ser ella misma, de ahí que vea a La Muerte como una amiga, cómplice y redentora.
    Con tu destreza narrativa has sabido contarnos en pocas líneas una historia compleja.
    Por cierto, te agradezco tu extenso comentario a mi relato, así cómo las correcciones que ya fueron ejecutadas.
    Un abrazo, Rebeca, y mucha Suerte en El Tintero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Paco!:

      Por desgracia, la historia de Maia es la de muchas mujeres y niños del mundo. Me "alegra" en meido de lo duro de mi relato, que la historia te parezca creíble y que te haya gustado mi forma de narrarlo.

      Millones de gracias por aceptar con tan buen talante las observaciones que hice a tu relato. Mucha suerte a ti también en El Tintero.

      Un abrazo.

      Eliminar
  10. Un nombre para cada etapa, el pasado que dejó atrás, el presente de lo que es, y un futuro con el que soñaba pero que nunca llegará a ser porque la realidad cruel se volvió demasiado insoportable como para ilusionarse con lo que está por venir. Nos narras una historia dura, escrita con corrección, con un final triste que invita a la reflexión. Muchas suerte en el Tintero, Rebeca.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu comentario, Jorge. El personaje de Maia surgió de improviso. Me "alegra" comprobar que su historia nos invita a la reflexión. Pues por desgracia, aunque mi personaje es ficticio, es tremendamente real.

      Un abrazo.

      Eliminar
  11. Gracias, Rebeca, por participar con este relato en EL TINTERO DE ORO. Un abrazo y suerte!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti, David, por pasarte por mi blog, pero sobre todo por organizar este reto. Es estupendo disfrutar leyendo nuevos sitios. Es algo que echaba de menos. Y en realidad es la esencia de toda bitácora.

      Un abrazo.

      Eliminar
  12. Hola, Rebeca: Me ha gustado tu historia, tanto por el contenido como por la forma concisa de presentarlo; la vida de Maia, hasta Giselle, se desenvuelve como una crónica que puede referir a tanta gente de cualquier origen; has presentado esta tragedia con la parsimonia de lo que no tiene remedio. Y de golpe, hoy, la protagonista resuelve su caso, libre y decididamente; un desenlace totalmente inesperado, un giro en el que se reencuentra con lo que es: un mujer rota y muerta.
    Tal vez los pormenores hasta la llegada a Madrid podrían sintetizarse sin desmedro del relato; aunque al lector lo conmueve esta conocida historia rescatada del tumulto de inmigrantes de las pateras; y por lo mismo se hace tan eficiente ese giro final hacia la muerte; o hacia la verdadera libertad.
    Muy bueno tu relato. Buena suerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Beba. Supongo que es verdad que podría sintetizar más esa parte de la historia, pero entonces sí se convertiría en una verdadera crónica, y considero que ello haría más complicado y menos veraz el giro final.

      Un abrazo.

      Eliminar
  13. Su vida fue migrando tanto de tierras como de nombres. Y en cada nueva etapa un nuevo nombre la extrañaba más y más de su verdadero ser.
    Muy buen relato. La realidad es tan dura que duele.
    Suerte en el reto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente cierto, Mirna. A veces la realidad es tremendamente dolorosa. Y la que vivía Maia lo era sin duda.

      Un abrazo.

      Eliminar
  14. Triste final para una dramática vida. Algunas personas parece que están tocadas por la mala suerte desde el momento en que nacen. Pobre Maia.
    No conocía tu blog y debo decirte que a punto estuve de no leer tu relato por haber empezado la entrada publicitando tu blog, pues pensé que estaba equivocado el enlace.
    ¡Suerte en el Tintero!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón en lo del enlace a esa página estática, quizá debería haberlo omitido o ponerlo al final del post, como suelo hacer habitualmente. Así que tomo nota de esa sugerencia. Te estoy muy agradecida de que a pesar de ello, decidieras dar una oportunidad a mi sitio y a mi relato.

      Un abrazo y suerte a ti también el el Tintero.

      Eliminar
  15. Hola rebeca

    Una historia interesante la tuya, con un personaje potente que daría para más de un relato, lastima que lo mates en la primera...

    Aunque la Muerte puede haber fallado, por muy amiga suya que fuere, y ocurra que los médicos de urgencias del hospital la reanimen y que en esos largos días, postrada en la cama, nos cuente su vida, poco a poco...

    Un placer, suerte, saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola, Paola!:

      La verdad es que no soy mucho de relatos por entregas, pero es verdad que considero a Maia, como tú, un personaje que podría dar bastante juego, así que puede que le dé una nueva oportunidad.

      Un abrazo.

      Eliminar
  16. Hola Rebeca. De nuevo gracias por tu ayuda a mi relato. Vamos a por el tuyo.
    En relato corto, como es el caso, suelo agradecer que me sitúen inmediatamente en la escena, y desde luego tú lo haces en un Madrid que amanece gris.

    Hay expresiones que me han parecido afortunadas, por ej: “costillar de asfalto”.

    El tema que has abordado es dolorosamente profundo y ocurre tan a menudo por estos lares, que ya, por desgracia, nos parece cotidiano. Bajo mi punto de vista, has escrito una crónica que podría parecer fría por la manera de contarla, (la voz, no el contenido humano), la voz del narrador omnisciente y entrometido que todo lo sabe ;) Así que creo que es un acierto “el modo”, pues si fuera desde la boca de la tri-mujer habría resultado demasiado emotivo. El método que has utilizado te permite cierta lejanía, (y alguna licencia poética), ya tiene bastante soporte trágico tu relato para cargar más las tintas.

    Un ciclo que comienza y termina en un bucle trágico.

    Un saludo cordial Rebeca, hasta pronto y suerte en nuestro-tuyo también, Tintero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un gustazo tenerte en mi blog, Tara. La historia de Maia vino a mi cabeza de forma inesperada y me sentí en la obligación de darle vida en un relato. Me alegra que mi elección de narrador omnisciente te haya gustado para esta ocasión, pues no acostumbro a usarlo de manera habitual.

      Un abrazo. Nos leemos. ¡Suerte en el Tintero a ti también!

      Eliminar
  17. Buscando textos para leer esta tarde he llegado a El tintero de oro y he visto algunos nombres que me sonaban entre ellos el tuyo Rebeca.
    Tu relato está primorosamente escrito, relatas una historia que, desgraciadamente, es noticia un día sí otro también.
    No sé cómo va lo del reto pero, si hay que desearte suerte, desde aquí te la envío con todas mis energías.
    Un abrazo.



    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me halaga mucho que te haya gustado tanto la historia de mi personaje. Me has creado muchísima intriga con eso que dices de que te sonaba mi nombre, así que no me he podido resistir (ya lo siento, soy malísima para los nombres, desde siempre). Y ya he descubierto de qué nos conocemos. ¡Y no puedo estar más contenta de tenerte en mi rincón!

      Un abrazo enooooooooooooooooooorme y millones de gracias por desearme suerte.

      Eliminar
  18. La historia de una de esas personas que nacen con mala estrella y al final el destino acaba imponiéndose. Muchísima suerte en el Tintero, Rebeca. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Beitavg. Cierto hay gente que nace con mala estrella y por más que luche esa circunstancia no cambia. ¡Ojalá no existieran más Maias!

      Un abrazo.

      Eliminar
  19. Hola Rebeca, una historia triste, muy triste de una realidad que nos rodea y en la que describes muy bien la situación que sufren esos inmigrantes que llegan con lo puesto y tienen que buscarse la vida sea como sea en medio de la vorágine de su nueva vida.
    Un abrazo y suerte en el concurso.
    Puri

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Millones de gracias por tu comentario y tu visita. Es cierto que mi relato habla de una situación lamentable a la que ya parecemos habernos inmunizado. Por eso sentí que debía darle voz a Maia.

      Un abrazo.

      P.D.: me encanta tu seudónimo.

      Eliminar
  20. Hola, Rebeca. Ésta que nos dejas es una historia triste, mucho , ¡pero perfilada con tanta dulzura y delicadeza...!
    Por desgracia, seguirán llegando muchas "Maia" que, como la protagonista de tu historia, tampoco serán dueñas de su destino, y todo ello hasta que los que tienen el poder en esta injusta sociedad sean tocados por un mínimo de humanidad.
    Me ha conmovido tu relato, amiga.
    Te deseo mucha suerte en "El Tintero...".
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, Patxi, por tus palabras. Me gusta saber que mi historia te ha conmovido, pero que consideras que he tratado el tema con respeto.

      Un abrazo enorme.

      Eliminar
  21. La única forma de escapar a una vida tortuosa es la muerte, siempre tan acogedora y comprensiva ella.
    Cuantos casos de abuso, explotación y acoso no conocemos cada día. Es penoso como un ser humano ha de sobrevivir a todo ello sin pensar en huir lejos de la mano de esa que nos iguala a todos.
    Un relato con sentimiento que te deja el poso necesario de triste realidad y trágico desenlace.
    Un abrazo y suerte Rebeca.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estaba convencida de haberte respondido, Francisco, y descubro que no. Ante todo millones de gracias por tus palabras y tu visita. Lo agradezco de corazón. Y sí, tienes toda la razón del mundo: hay muchas historias como las de mi personaje, y resulta lamentable que alguien vea como única salida a su situación la propia muerte.

      Un abrazo enorme.

      Eliminar
  22. Hola Rebeca,
    Un relato que causa mucha tristeza. Los migrantes huyen de la pobreza, las guerras sin pensar que llegan a otras atrocidades peores. La muerte, fue la única salida para esa libertad absoluta y deseada. !Mucha suerte en el tintero!
    Abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Yessykan. Encantada de tenerte en mi blog. Dices bien: las guerras esconden siempre grandes atrocidades como la pobreza o el hambre. Si mi relato te ha conmovido, al menos habré conseguido uno de mis objetivos.

      Un abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Este rincón es para quien quiera acercarse a mis sueños y adentrarse en ellos, dando su parecer sobre la magia que desprenden o lo que tienen de pesadilla. También es un espacio para la lectura y las reseñas.

Tu opinión me importa, así que cuéntame, por favor, qué te han hecho sentir mis escritos o qué te han parecido mis reseñas. Tus comentarios son bien recibidos.

Sea como sea, no tengas miedo, pues no haré un uso indebido de tus datos cuando comentes. Ya que, por estar aquí, cuentas con todo mi respeto y agradecimiento, y la LOPD lo secunda.

Puedes obtener más información sobre la Política de Privacidad de mi blog, en este enlace: "AVISO LEGAL" .
¡Bienvenido, cazador de nubes!