¡Hola, cazadores de nubes!:
¿Qué tal estáis? Espero que hayáis sacado buen partido a febrero a pesar de su brevedad. A mí me está costando llevar el ritmo que pretendía para este 2020, a finales de año, al menos en cuanto al número de publicaciones se refiere, a ver si cuando haya hecho el examen de la EOI logro imponerme un ritmo más intenso que el que estoy llevando hasta ahora. Además, tampoco estoy demasiado centrada y la mayoría de mis últimos textos me parece, en cierto modo, más experimental que otra cosa, pero bueno...
Sea como sea, hoy os traigo mi texto para la séptima semana del año en mi participación para Los 52 golpes. Se trata nuevamente de un poema. Por si sentís curiosidad, la semana pasada os dejaba este otro texto en mi blog. Y hace unas semanas este otro: ¿alguien que lo entienda? Si os decidís a leerlos, me encantaría saber qué opináis.
Y ahora sí que me dejo de tanto preámbulo, y os dejo, unas líneas más abajo, mis versos de la séptima semana (ya sabéis que aquí siempre publico a la semana siguiente de hacerlo en la propia web de Los 52 golpes).
Si queréis leer los textos de todos mis compañeros, basta con que pinchéis en la imagen que os dejo a continuación.
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MIS TESOROS DE CRISTAL
Tengo un atrapasueños
que solo capta lágrimas,
una brújula que ya no marca el norte,
un mechero que escupe hielo,
y un lobo que no aulla en la montaña.
En mi cajón guardo un lápiz
que solo sabe escribir una palabra.
Y de vez en cuando a mi ventana llega
una golondrina que se cree avestruz cuando te ve.
Esas son mis cicatrices,
hechas tesoros,
mi lluvia de absurdos
que quiero aniquilar
con tijeras de cristal.
Como siempre, estoy abierta a cualquier observación de estilo para mejorar mis escritos, osea que hacedlo sin reparos a través de los comentarios. Y proceded de esa manera en cuanto encontréis la imagen de "lector cero" que está sobre este párrafo. Estaré encantada de aprender de vuestras observaciones, cazadores.
Nos vemos la próxima semana a la misma hora.
Un besazo.
Hace años, cuando escribía, casi con la misma rapidez con que llegaba el aire a mis pulmones, te invitaba a que paseases también por este rincón. Pero, por un tiempo, las letras me abandonaron y me refugié en el scrap, la bisutería y el mix-media. Producto de esa etapa nació:
Afortunadamente, las letras han regresado a mi vida y no pienso renunciar a ellas, si puedo evitarlo.
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¡Bienvenido, cazador de nubes!