Ir al contenido principal

25 DE MARZO DEL 2011: LA PRUEBA DE FUEGO

Supongo que este estado de nervios es normal en todos, pero no puedo evitar mirar una y otra vez a mis compañeros: están todos muy elegantes y no puedo impedir que la emoción me invada. Sé que estoy viviendo un momento mágico... histórico. Casi todos llevamos a modo de amuleto, un ejemplar de nuestro pequeño hijo de papel. Nos sentamos en semicírculo, de derecha a izquierda, según el orden de intervención en el evento: Llum abre la comitiva, tras ella están algunos de los libros de segunda mano que venden en la librería; en la silla de al lado está Pedro; luego Carmen; Eli; Belén; Agustín; Mikel; Itziar y la última yo. Entre el público... caras amigas y conocidas con miradas de aliento y hasta de respeto nos miran. Trato de ver a alguno de mis amigos entre ellas, pero no logro encontrar a nadie. Intercambiamos opiniones y otros mientras tanto, posan con desparpajo ante la cámara de fotos, como si fuésemos autores ya consagrados. Es maravilloso estar aquí hoy.

El olor a café y té, inunda la estancia, también huele a libros, por supuesto. Estamos en un rincón dedicado en cuerpo y alma a ellos. La librería de Deusto es un altar a la literatura de los grandes y pequeños escritores. Es un privilegio estar aquí. ¡Puf! Tiemblan las piernas y las lágrimas asoman al borde de las pestañas por lo bien que lo están haciendo todos. Se leen algunos pasajes y la gente escucha embelesada. Por momentos el silencio se rompe con aplausos: es el aviso para que el siguiente de nosotros intervenga. Se cierra el ciclo, con alguna equivocación que otra en las lecturas, por supuesto mías. En el fondo se ha hecho muy corto... animamos a que los asistentes hagan preguntas o se atrevan a opinar sobre lo que han leído: no hay preguntas, pero hay un par de espectadores que intervienen. Son palabras generosas y gratificantes.

Pasamos al cava, yo sigo fiel a mi botellín de agua.  El nerviosismo baja hasta los pies, he visto al fondo a dos de mis amigas. No las esperaba y eso me provoca aún más alegría, voy a abrazarlas. Nunca he sido de besos, pero creo que llego a dar dos sonoros besos a cada una. Sé que ha pasado ya lo peor, ahora con ellas al lado, me siento capaz de firmar libros o todo lo que se tercie.

El tiempo se pasa volando entre comentarios con unos y con otros, y la firma de libros a personas hasta entonces desconocidas para mí, pero de las que procuro recordar cada mínimo detalle del rostro para recordarlas siempre por su ciega confianza en nosotros. Es una sensación maravillosa. Procuro que cada dedicatoria sea distinta y bonita. Descubro que me sucede en este caso, como con las postales de navidad: la primera es siempre la más formal y seria, el resto son fluidas y cálidas. Menos mal que la primera en este caso ha sido para mi amiga Raquel (acaban de tomarnos por hermanas), y ya  conoce de antemano mi eterna timidez. Entre risa y risa con ellas dos que sí son hermanas entre sí, la pluma vuela rápido sobre el papel donde plasmo mi firma y ello repercute en la caligrafía, también el hecho de hacerlo de pie, sin apoyar el libro en ningún soporte. Es halagador, ver a la gente haciendo cola para pedir que le dediques el libro. Hay incluso quien me pide que sea la primera en firmárselo: es el mayor de los honores posibles. Sorprendentemente, me siento segura: "en el fondo es más fácil esto de firmar que de hablar", pienso para mí. Siento que esto me gusta, pero prefiero la soledad al escribir. Nunca he sido persona de multitudes o tumultos.

Comentarios

  1. Es... una sensación impresionante.
    Aún no he tenido la oportunidad de pasar por ese trance maravilloso, hablando del tema literario. ¡Pero sé muy bien de qué sensaciones hablas!
    Es como la primera vez que me subí a un escenario a tocar con mi grupo... hace 15 años. Tenemos un grupo de ska jamaicano, y siempre que me subo al escenario y veo la cantidad de gente que está bailando a mis pies "me sube la bilirrubina". Lo que pasa es que... cuando me bajo del escenario, y todo el mundo viene a felicitarte y a darte la mano, y todo eso... soy de los que me voy con mi pareja a la esquina de la barra del concierto e intento pasar desapercibido.
    Creo que me hubiera pasado lo mismo en esa librería. ¿Es miedo escénico?
    Habrá que probarlo!!!

    Un abrazo!

    Hell.

    ResponderEliminar
  2. ¡¡Enhorabuena!!! Gran día me imagino. Lástima no estar en Bilbao, seguro que me hubiera acercado... ¡¡Muchos éxitos!!

    ResponderEliminar
  3. Hell, ¡Qué bueno! ¿Tienes un grupo y todo? No conozco mucho el estilo Ska (sólo conozco al grupo que en su día se llamaba Skape) y sí que me gustaba, pero ahí radica todo mi conocimiento musical sobre ello.

    Y sí, imagino que la sensación es exactamente la misma. Soy tremendamente tímida y no veía el momento de que todo aquello acabase, aunque por otro lado era un auténtico subidón. Yo me apalanqué en un rincón con mis dos amigas y allí estuve raja que te raja, mientras los demás estaban en grupo más o menos junto y firmando a todo el que se lo pedía, yo estaba a mi bola; pero aún así la gente me buscaba y se acercaba hasta mí para conseguir una firma. Es una sensación impagable, de verdad.

    ResponderEliminar
  4. El pez y la pluma,

    tarde frenética e intensa donde las haya de verdad. Un cierre alucinante, para un día que no tenía en apariencia nada de especial (en mi casa no lo he contado, salvo a mi hermana).

    Gracias.

    ResponderEliminar
  5. Por no estar atento me lo he perdido, y mira que lo tenía cerca. Un poco enfadado conmigo mismo si que estoy; aunque créeme que me paso el lunes por la librería a comprarlo.

    Mucha suerte con éste vuestro proyecto Sechat y compañía.

    Muxus mila

    ResponderEliminar
  6. Discúlpame, y en tal ocasión mas si cabe, la tardanza en llegar hasta aquí, un finde complicado de trabajo y :) un año mas que se cumple, ainnss uno ya ye un vieyu :p han sido los causantes, pero vaya si iba a venir!
    Y frente a la vorágine que el fuego simboliza y la tensión emotiva que envolvía ese momento, tu sencillez y al mismo tiempo felicidad con la que lo vives, pero sobre todo esa satisfacción única y bien merecida de vivirlo, por creer en ello, en ti misma.

    ¡¡Enhorabuena Sechat!!

    Y verás como vives muchos mas momentos así.

    Un abrazote!

    ResponderEliminar
  7. Yo llevo tiempo dando alguna charla frente al público y la sensación inicial de nervios no se pierde nunca, cierto es que a cada una ganas algo más de soltura pero yo que también soy tímido prefiero una reunión informal entre unas pocas personas y amigos.

    Mucha suerte y enhorabuena!

    ResponderEliminar
  8. Montxu,
    De verdad lo mejor de vivirlo es poder compartirlo con vosotros, de forma presencial o vía blog. ¡Ojalá todos vosotros lo disfrutéis algún día!

    Besotes.

    ResponderEliminar
  9. Carlos,
    no hay nada que disculpar. ¿Ha sido tu cumple? En tal caso, soy yo la que debe pedirte perdón y quien te debe un enorme tirón de orejas ji, ji.

    ¡Ojalá disfrutes de una experiencia como ésta algún día!

    Besotes.

    ResponderEliminar
  10. cerrajería bilbao,

    los tímidos somos así... ;) Para nosotros es mejor la soledad o el pequeño grupo que la multitud, por más que ésta sea más vistosa.

    Un abrazo y suerte a ti también.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Este rincón es para quien quiera acercarse a mis sueños y adentrarse en ellos, dando su parecer sobre la magia que desprenden o lo que tienen de pesadilla. También es un espacio para la lectura y las reseñas.

Tu opinión me importa, así que cuéntame, por favor, qué te han hecho sentir mis escritos o qué te han parecido mis reseñas. Tus comentarios son bien recibidos.

Sea como sea, no tengas miedo, pues no haré un uso indebido de tus datos cuando comentes. Ya que, por estar aquí, cuentas con todo mi respeto y agradecimiento, y la LOPD lo secunda.

Puedes obtener más información sobre la Política de Privacidad de mi blog, en este enlace: "AVISO LEGAL" .
¡Bienvenido, cazador de nubes!