¡Hola!:
Hoy es una de esas fechas que por desgracia tenemos demasiado presentes a lo largo del año con cada nueva mujer maltratada o muerta a manos de su pareja. ¡Ojalá llegue el día en que el 25 de noviembre sea una fecha más del calendario en que no tengamos que hacer recuento de esas mujeres!
Quería hacer una entrada especial hoy, para apoyar a todas esas mujeres que viven a diario ese infierno. Es mi forma de animarlas a que denuncien, pero también para pedir que las instituciones estén a la altura y entre todos podamos evitar a tiempo parte de esas muertes.

NO ME GUSTA SER PRINCESA ENJAULADA
Se mira en el espejo y éste le devuelve su propia imagen distorsionada. Al verse las lágrimas corren por su rostro. Aún le duelen la mandíbula y su ojo derecho. Se siente princesa encantada en un reino de arena y polvo, donde el paisaje cambia según la dirección desde la que sople el viento. Cerca de ella, sobre su cama, en la pantalla de su teléfono una nueva disculpa en forma de mensaje pretende atarla de nuevo al ciclo interminable de palizas y perdones. Pero por fin ha encontrado la tijera que corte esas ataduras: el 016. Y gracias a él se siente valiente para dar el paso definitivo hacia su libertad. Responde por última vez al whatssapp: “te perdono, pero me quiero más”. Apaga el móvil y lo deja allí mismo.
Se acerca al armario y empieza a recoger su ropa, metiéndola en una maleta. Se viste con pantalón vaquero negro y jersey morado. Abajo en la calle, Marisa, su supervisora, la espera en el coche. Huyen juntas hacia una nueva vida en una nueva ciudad, aunque queda algo previo por hacer antes de escapar del todo.
Tras varios minutos, aparcan en el centro. Cerca del Ayuntamiento. Ya hay varios centenares de personas reunidas. Las dos mujeres charlan como lo hacen el resto de los congregados. Y se unen a la marea de voces que claman por un mundo más seguro para cualquier mujer. Un mundo en que ninguna pase miedo al caminar sola por las calles. Laura se siente ya fuera del laberinto asfixiante que ha sido su existencia. Gracias a la asociación dejará de ser la Laura asustada que siempre ha renunciado a sí misma, a su espacio, a su identidad y a sus propios sueños, vetada por la sombra oscura de un amor mal entendido.
Por favor, chicas, no seáis esa Laura atemorizada y coartada. No cedáis a esos chantajes, no seáis esa princesa enjaulada. Pedid ayuda. No os arrepintáis de no haberlo hecho antes. Permitid que la sociedad os brinde su apoyo.

Hace años, cuando escribía, casi con la misma rapidez con que llegaba el aire a mis pulmones, te invitaba a que paseases también por las letras de este sitio. Pero, por un tiempo, las letras me abandonaron y me refugié en el scrap, la bisutería y el mix media. Producto de esa etapa nació:
Afortunadamente, las letras han regresado a mi vida y no pienso renunciar a ellas.
Rebeca, sería ideal que fuera este el último año que no hubiera que salir a la calle, sacar el lazo malva o tener que escribir, para recordarnos incluso a nosotras mismas, que esto debe terminar.
ResponderEliminarBuen micro.
Besicos muchos.
¡Ojalá se consiga algún día sí, Nani! Quiero pensar que cada vez estamos más cerca de llegar a la cifra cero en esas estadísticas.
EliminarUn besazo.
Hola Rebeca me ha gustado el relato muy interesante y me llego al corazón. Saludos.
ResponderEliminar¡Hola, Cecy!:
EliminarNo sé si alegrarme de que te guste este relato, la verdad, porque en el fondo subyace una historia muy dura. ¡Ojalá nunca más haya un 25 de noviembre en que luchar por los derechos de las mujeres!
Un abrazo.
Me gusta la forma en que escribes y lo que plasmas que no ya no haya más violencia contra las mujeres. Lo que cuentas es algo triste, y real pero me gusta por lo que comente anteriormente y logro llegar a mí. Creo que debí complementar mi comentario anterior. Pero también te escribo para agradecerte tu comentario sobre mi texto, ya lo revise y realice correcciones. Gracias por el apoyo. Saludos.
EliminarNo te preocupes, Cecy, te comprendí perfectamente, pero no pude evitar decir eso de que ojalá algún día se suprima por fin esa lacra social.
EliminarTe agradezco enormemente que aceptes tan bien mis valoraciones en cuanto al tema ortográfico en tus textos. Un besazo.
PAH, tremendo relato, se me hacía un nudo en el pecho mientras leía las primeras líneas, esas mujeres tienen tanto miedo, cuesta tanto cortar las ataduras, y hay tantas "venganzas" que cortan más tarde sus vidas. En un circulo vicioso de dolor y más dolor.
ResponderEliminarMuchas gracias por el relato, crudo, y espero que esas Lauras hayan podido salir adelante.
Besos desde El Refugio del Dragón de Tierra!
Muchas gracias a ti, Ana Li, por visitarme y comentar. Y sí, ojalá las Lauras comprendan la importancia de buscar ayuda y de denunciar, y que ninguna amenaza se debe tomar a broma.
EliminarUn besazo enorme a ti también.
¡Hola!
ResponderEliminarEs una pena que esto siga siendo necesario, pero por desgracia es así y relatos como el tuyo creo que nos ayudan a avanzar :D
En fin, muchas gracias por la entrada. De momento ya tienes una seguidora más.
¡muchos besos!
Triste y desolador este tema sí. ¡Ojalá algún día todo esto sea anecdótico! Millones de gracias por unirte a mis seguidores, Irene.
EliminarUn abrazo.
hola,
ResponderEliminarme has dejado impresionada con ese pedazo de relato. Creo que es algo que deberiamos erradicar, parece mentira que en el siglo XXI habiendo tantas muertes. El problema es que es un circulo vicioso y a las victimas les cuesta mucho el salir de ahi y las ayudas no terminan de ser las adecuadas...
Besotessssssss
Me sorprende mucho que os esté gustando tanto mi relato, pero me doy por satisfecha sabiendo que mi mensaje de apoyo a todas esas mujeres os ha llegado.
EliminarUn besazo.