DON NADIE
Era un personaje tan plano, tan plano, tan plano que nunca trascendía de la hoja de papel.
Su mayor logro, desde bien pequeño, era ser tan liviano como una pluma arrastrada por el viento.
Su nariz tan minúscula como dos pequeños puntos trazados por un portaminas de punta fina. Pero respiraba, ¡vaya que sí respiraba!
Su mayor anhelo era convertirse en protagonista de alguna de sus novelas favoritas. Lo cual resultaba casi imposible, porque la mayoría de los autores de esas historias habían fallecido y, por otra parte, los papeles principales ya estaban asignados a otros compañeros. Por no hablar de que, lo de ser asesino en serie no iba para nada con su personalidad.
Eso sí, aprovechaba su pequeño defecto, esa falta casi total de corporeidad, para colarse de vez en cuando en las páginas de alguna de esas novelas y convertirse en el personaje secundario del que nunca más se volvía a hablar y del que el lector no recordaba el nombre.
Nunca dejaba rastro de esas pequeñas incursiones. Un poco por timidez, otro poco por falta de fisicidad y otro poco porque su rol no era el más relevante dentro de las tramas.
No obstante, no se rendía. Y seguía luchando por su sueño.
Suplía con ingenio esa debilidad de nacimiento con el don de la persuasión. Tanto es así que a mí me convenció para convertirle, por fin, en protagonista indiscutible de esta historia.
Gracias a su estrategia y perseverancia, pasó de ser un don nadie a ser mi personaje principal, Don Nadie, con mayúsculas.
Me encantaría saber qué te ha parecido la historia de Don Nadie. Siempre es agradable recibir comentarios de alguien al otro lado de la pantalla. ¿Me regalas el tuyo, por favor?
Excelente relato de un don nadie que logra convertirse en protagonista, gracias a tus magníficas letras, es el gran Don nadie protagonista de esta historia.
ResponderEliminarMuy bien descritos el pensamiento e inquietud de Don nadie.
Nadie piensa que los personajes secundarios son muy importantes en cada historia para darle relevancia al protagonista.
Me encantó como lo desarrollaste. Un abrazo
¡Qué rapidez, Nuria!
EliminarAcabo de publicarlo y estaba aplicando algunos cambios a la entrada, cuando tú ya habías dejado tu comentario.
Gracias infinitas por tus palabras. Me alegra que te haya gustado.
Un abrazo.
Hola me ha encantado el relato, saludos
ResponderEliminar¡Cecy, qué alegría volver a tenerte en mi blog después de tantos años!
EliminarMe alegra que te haya gustado mi relato. Nos leemos.
Un abrazo.
Hola, pues con todo respeto nunca dejes de escribir, sin se van las letras, de paseo, recuerda que volverán. Me ha gustado porque soy de las que los personajes secundarios en las novelas creo que tienen su peso, y a veces mucho más que el protagonista. Un besote.
ResponderEliminarMuchas gracias, Campirela_. Se van no porque las eche, sino porque simplemente me abandonan y bien que me pesa su ausencia, no te creas.
EliminarMe alegra saber que valoras tanto como yo a los personajes secundarios y que te ha gustado mi relato.
Un abrazo.
Me encanta tu don nadie. Poco a poco se ha convertido en protagonista, ejemplo de constancia que logra sueños. Sigue escribiendo. La inspiración va y viene, pero siempre regresa. Enhorabuena.
ResponderEliminarMe quedo con eso, Amparo: "la inspiración va y viene, pero siempre regresa". Gracias de corazón por la visita y tu precioso comentario.
EliminarUn abrazo.
Es una aspiración de un personaje ser el protagonista, como ha llegado a ser Don Nadie en tu relato. Aunque hay memorables personajes secundarios, como Watson, ayudante y cronista de Sherlock Holmes. Secundarios que son esenciales.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso mismo pienso yo también, por eso quería darle la importancia que otros tantos como él se merecen.
EliminarMillones de gracias por pasarte y comentar. De verdad que es un honor tenerte en mi rincón. Tengo mucho que aprender de ti. GRACIAS.
¡Hola, Rebeca! Hablo por mí, pero sin duda que dejar de ser un Don Nadie es quizá la mayor motivación para escribir e imaginar otros mundos otra realidad en la que volcar esas fantasías que uno nunca se atreverá en la vida real. Muy buen lienzo de ese personaje tan plano que no sale del papel. Un abrazo!
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