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Mirones a través del muro |
MUROS
Hay muros que lamentan sus años y su estructura rayana en indestructible, pero que soportan con amor paternal la exposición de pintura infantil.
Hay muros que guarecen de la tormenta.
Muros que separan países.
Muros que ocultan secretos.
Muros que tapan obras.
Muros que preservan la intimidad de los habitantes que hay al otro lado de la calle.
Los hay poetas que llaman con gritos de colores, a golpe de graffiti gigante.
Los hay también que siendo poetas son más discretos y hablan del amor a través de fechas inscritas dentro de pequeños corazones trazados a mano alzada.
Y por último están mis grandes favoritos: muros que secuestran ideas escritas en papel para que la gente que de verdad merece la pena, la que piensa por sí misma, se pare, las lea, reflexione e incluso las contradiga.

Hace años, cuando escribía, casi con la misma rapidez con que llegaba
el aire a mis pulmones, te invitaba a que paseases también por este
rincón.
Pero, por un tiempo, las letras me abandonaron y me refugié en el
scrap, la bisutería y el mi-media y la costura a máquina. Producto de
esa etapa nació:
www.fabricadeartesania.com
Afortunadamente, las letras regresan de vez en cuando a mi vida. Y no
pienso renunciar a ellas, si puedo evitarlo.
Espero que no se presenten muros físicos a tus pasos y que los demás sean superables.
ResponderEliminarBesos desde Fuenla
Bueno, si no hubiese muros no habría desafíos, así que de vez en cuando, si no son demasiado altos, no vienen mal. Más que nada, porque yo lo de trepar lo llevo fatal ^^
EliminarUn abrazo.
Navegando sin rumbo fijo me llamó la atención el nombre simpático de tu blog y no pude evitar pasar por aquí.
ResponderEliminarPor lo visto un muro desperezó tu imaginación que se me presenta como febril, muy activa, no sé si yo podría escribir a pedido de alguien que me mostrara una imagen, más bien estoy seguro de que no. Pero intentando mínimamente decir algo que sintonice con el lado optimista de tu publicación digo: otorga cierta intimidad a su lado, también brinda apoyo a los amores ocultos, permiten el crecimiento de las madreselvas. Lo negativo lo dejo para cuando se me ocurra algo.
Buen blog.
Saludos.
Muy bienvenido a mi rincón de letras. Un placer tenerte al otro lado del muro para recibir mensajes como este que me dejas.
EliminarUn abrazo enorme.
Creo que todos los que escribimos con cierta fluidez y constancia en alguna época, añoramos volver. Me alegro de que estés a gusto de nuevo en el teclado y de haberte encontrado.
ResponderEliminarBss :)
Muchísimas gracias, Sylvia, por tu visita y comentario.
EliminarLo cierto es que es una de las peores morriñas posibles, ¿verdad?
Un abrazo.
Me alegro que hayas vuelto, me gusta como escribes y quiero leerte.
ResponderEliminarMuuuuchas gracias, Tracy. Si puedo y las palabras no me esquivan, por aquí estaré.
EliminarUn abrazo.
Esta muy bien eso de volver, que últimamente los blogs se están quedando un poco solitarios.
ResponderEliminarBesos
Las redes sociales con su inmediatez se están robando el reposo de los blogs me temo sí.
EliminarPor mi parte, mi ausencia no ha sido voluntaria, en absoluto, sino impuesta porque no era capaz de escribir nada. Así que, siempre que pueda por aquí estaré, aunque vaya y venga por temporadas.
Un abrazo y mil gracias por tu visita.
Estás en racha. Un texto muy bueno sobre muros, pena que los haya también sólo por separar, y si bien se derrribó el de Berlín, se siguen levantado, para palestinos y en la frontera con USA.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Rebeca. La contradicción, ese bendito don, parece en vías de extinción en esta sociedad dogmática y maniquea en la que quien osa cuestionar sus verdades universales es señalado con implacable dedo acusador. Así que me sumo a proteger ese muro al que te refieres al final. Un abrazo!
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